Análisis de los Resultados

Ignacio Doadrio

Se visitaron 26 explotaciones ganaderas que realizan trashumancia a pie dentro de la provincia de León, o de León a Asturias. Estos desplazamientos, que suelen situarse en torno al centenar de kilómetros, se realizan entre 3 y 7 días de marcha a través de cañadas, carreteras o caminos cercanos a los canales de riego. Por desarrollarse esta trashumancia normalmente dentro de la misma provincia, y por ello dentro de la misma entidad administrativa, y para diferenciarla de los grandes recorridos entre regiones muy alejadas, se le viene denominando trasterminancia.

 

El objetivo de estas visitas, está relacionado con las responsabilidades que he tenido en el programa MAB (Hombre y Biosfera) y en concreto en el desarrollo de la estrategia de la Gran Cantábrica, una Reserva de la Biosfera que abarcaría una gran parte de las montañas donde desarrollan su actividad los trasterminantes leoneses. Principalmente se trata de conocer cuál es la actitud de los ganaderos frente a las Reservas de la Biosfera, después de alrededor de 10 años de su implantación en la Cordillera Cantábrica, y ver cómo han evolucionado los sistemas de explotación en las mismas.


Para ello se realizó un cuestionario que abarcaba diversos bloques, de los cuales aquí sólo se hace referencia al de los perros y los depredadores.

Fig.1.- Ganado merino negro pastando entre roquedos.

Los trasterminantes profesores de la sostenibilidad

España por su historia geológica y  climática, tiene una gran riqueza biológica, siendo el país más diverso de Europa junto a Grecia. Esto ha dado lugar a que tengamos una gran cantidad de Lugares de Interés Comunitario, Zonas de Especial Protección para las Aves, y otras figuras de protección. Pero España es también un país profundamente humanizado desde antiguo, como demuestran la importancia de nuestros yacimientos arqueológicos y paleontológicos: Atapuerca, Orce, Altamira, cuevas de Gibraltar, etc.  Nuestra diversidad en números totales es inferior a los ecosistemas tropicales poco alterados. Pero España, ante la crisis medioambiental que afecta de forma global al planeta, tiene la obligación de enseñar los modelos que han propiciado una conservación de valores naturales muy notables, a través de formas tradicionales de explotación sostenible de los recursos. La Unesco ha reconocido repetidamente estos modelos de sostenibilidad de España con la declaración de numerosas Reservas de la Biosfera, que nos sitúan en el segundo país con más Reservas de la Biosfera del Mundo. Algo muy notable para la superficie del País.


 Las Reservas de la Biosfera son lugares donde poder demostrar que la existencia de grandes valores naturales son compatibles con los usos humanos a través de la sostenibilidad. En esto si somos España los campeones de la liga mundial, un lugar único, aunque, por desgracia, a veces parecemos empeñados en hacer desaparecer esos sistemas compatibles con los recursos naturales, en lugar de apoyarlos decididamente desde las administraciones e incluso desde los movimientos conservacionistas.


A veces queremos proteger los valores naturales sin proteger los sistemas humanos vinculados a los mismos, extrapolando a España modas y movimientos conservacionistas realizados en otros países, con sistemas naturales, historias y culturas muy diferentes. Emplear recursos en investigar, profundizar y mejorar (por qué no) nuestros sistemas tradicionales de aprovechamiento del medio, debe ser la mejor manera de conservar nuestro entorno y de enseñar caminos adecuados de sostenibilidad a otros países. 


Los trasterminantes han aprovechado desde siempre los puertos de la Cordillera Cantábrica, puertos que la administración de forma equívoca denomina pirenaicos, en lugar de llamarlos merineros, porque siempre fueron aprovechados por ganados trashumantes de ovino de la raza merina. El movimiento estacional del ganado les hace aprovechar mejor los recursos y no sobreexplotar los pastizales, adaptándose a las condiciones climáticas de cada lugar. Además contribuyen a la conservación de un patrimonio notable de razas autóctonas de ganado, prevención de incendios forestales, etc. Este sistema, que ha modelado los paisajes cantábricos y conservado gran parte de nuestra diversidad, es la asignatura que imparten a la sociedad, todos los días, los ganaderos trasterminantes con el aula vacía. 

¿Quiénes son?

En las 26 explotaciones ganaderas visitadas hubo 39 titulares, debido a que la titularidad del ganado de algunas explotaciones fue parte  del marido y otra parte de la  mujer,  del padre o/y madre e hijo, o de hermanos. En un caso, y después de solicitarlo largo tiempo la ganadería es compartida por el marido y la mujer, siendo ambos copropietarios de toda la ganadería. Las mujeres en el caso de ser titulares comparten la actividad de casa y la ganadería aunque esta última, normalmente, con menos dedicación que el marido. Sólo existen dos excepciones, en el que la mujer dedica el mismo o mayor tiempo a la explotación ganadera que su marido. En un caso la mujer debió dejar la trashumancia a raíz de que tuvo hijos.


La edad de los ganaderos osciló entre los 22 y los 77 años, con una media de edad de 46 años, pero siendo la más frecuente en torno a los 50 años de edad. Por debajo de los 30 años sólo hay dos titulares. Los jóvenes que se incorporan a esta actividad son siempre hijos de ganaderos trasterminantes o mujeres que pasan a compartir su vida con ganaderos ya establecidos. Es nula la incorporación de jóvenes emprendedores fuera de este ámbito. Los jóvenes que se incorporan a la actividad trastermitante tienen estudios primarios, con escasa formación escolar. En general, el perfil es conservador con pocas iniciativas para mejorar el rendimiento de la ganadería o incorporar técnicas que se aparten de los sistemas tradicionales.


Manejan, estas explotaciones ganaderas, un total de 34.450 cabezas de ovino merino puro o algo mixto, 829 cabras normalmente de raza retinta extremeña, cárdenas o agrupación del país, estas dos últimas son razas  que deben estudiarse y reconocerse como tales, 250 carreñas o cruzadas con Limousin y 35 caballos de montura. Para ayudar a la ganadería llevan cerca de 150 careas, la mayoría de raza pastor leonés y alrededor de 250 mastines. Todos tuvieron que arrendar terrenos en el llano y la montaña por ser insuficiente el número de propiedades de la familia.

Que viene el lobo

No existe un censo actualizado sobre la población de lobos en España, que es necesario si se quiere conocer la evolución de la población. Su gran capacidad de dispersión y movimiento hace necesario que ese censo sea coordinado por todas las Comunidades Autónomas. Es muy difícil, que el censo sea comparable a los anteriores ya que han pasado más de 10 años del último y por tanto las metodologías para el de censo han mejorado y es probable que no sean idénticas. Será difícil comparar resultados, para estudiar cómo ha evolucionado la población del lobo, cuando se han realizado con métodos y esfuerzos de muestreo diferentes.


Es un hecho constatable que el lobo ha aumentado su área de distribución en la mitad norte de España en los últimos años, y aunque hay posturas contrapuestas sobre si esto es debido o no a un crecimiento poblacional de la especie, parece razonable pensar que esta expansión territorial en los últimos 15 años, va acompañada de un mayor número de lobos.  El aumento de ungulados silvestres, matorral y bosque, el mayor control sobre el veneno, lazos y en general de la caza ilegal, así como medidas de conservación de la especie en determinadas áreas parecen explicaciones razonables para el aumento de la población en el norte de España. En el sur de España la consanguinidad, la caza ilegal sobre la especie, los vallados cinegéticos y probablemente la incidencia de enfermedades sobre una población ya debilitada, podrían ser causas de su enorme declive en esta área.


Todos los ganaderos trasterminantes pastan con sus ganados en áreas de lobos y la mayoría con presencia actual de oso, ninguno considera al lobo o al oso un problema para su ganadería. Todos creen que tanto oso como lobo han aumentado sus poblaciones, sin embargo muchos de ellos se contradicen al decir que los mastines eran mejores los de antes porque estaban más “fogueados” con el lobo.  La explicación radica, en que la mayor parte del tiempo, el ganado está fuera de la montaña y en el llano duerme encerrado dentro de naves, donde el lobo no puede entrar. Aquí, en el llano, el mayor problema son los cuatreros que entran en las naves por la noche causando más daño que el lobo.

 

En la montaña el ganado duerme en el exterior, normalmente protegido por un recinto acotado con palos y alambre, un pastor eléctrico o sin protección, entonces si es habitual la presencia del lobo en el entorno.  Prueba de ello es que si una noche una oveja se queda sola, fuera del rebaño. sin protección de los mastines, las posibilidades de que la mate el lobo son altísimas.


Los daños anuales que causa el lobo a los trasterminantes, en este entorno con altas densidades del depredador, son anecdóticos y han afectado a lo largo de su vida sólo a 8 explotaciones ganaderas de las 26 estudiadas. Hay ganaderos con 30 años de pastoreo en zonas muy loberas que no han sufrido en toda su vida una baja por el lobo. El número de bajas es mucho menor que la mortalidad natural por cualquier otra causa. A través de las encuestas declararon pérdidas de 5 cabezas de ganado ovino por el lobo durante el año 2012. Debido a que algunas veces les da vergüenza decir el número real de pérdidas, ya que es mal valorado por otros ganaderos, se preguntó a su vez a ganaderos del entorno, cuya valoración  suele ser más real o sobrevalorada. En este último caso, que sería el peor de los posibles, la estima está en torno a 24 ovejas muertas en 2012, algo en cualquier caso muy poco preocupante, ya que significa menos de una oveja por mil cabezas de ganado.  


Sin embargo, la percepción del lobo es muy diferente entre los ganaderos, cinco de los 26 dijeron que había que eliminarlos, aunque no les causaban daños. Tres ganaderos apostaban por su conservación como un medio de control de los ungulados silvestres, y de freno a las ganaderías no pastoreadas de vacas y yeguas que se meten en los puertos arrendados por ellos.  La opinión mayoritaria fue o bien tener mastines y mostrar muy poca preocupación por este tema o realizar algunos controles para que la población de lobos no se dispare en número.  Algunos ganaderos reclamaban ayudas para el coste de los piensos de los perros y otros mejoras en los corrales para encerrar el ganado.  Mejoras en el sistema de verificación de daños y pago de los mismos son necesarias. En el caso de estos sistemas de explotación, con métodos de prevención y con presencia del pastor, el pago de daños no debe ser idéntico al de aquellos que sabiendo que su ganado está en zona de depredadores no tienen sistemas de protección para su ganado.

 

Entre las posiciones contrarias a la presencia del lobo, algunos decían que había que eliminarlos y otros tomaban la actitud de confinarlos en recintos, corrales o parques zoológicos, etc. (Fig.2).

Fig.2.- Actitud de los ganaderos trasterminantes frente a la presencia del lobo.

La actitud hacia la presencia del lobo era mucho más positiva que negativa (Fig.3). Hay que tener en cuenta, que la convivencia con la especie ha sido continua y su modo de pastorear tradicional, condicionado en gran medida por esta presencia.  Esto lleva a verlo no como un problema sino como una parte más de su trabajo.


Es difícil entender las polémicas actuales sobre el lobo y la ganadería. Los trasterminantes leoneses tienen mucho que decir sobre este tema. Sin embargo, es frecuente que en los medios de comunicación salgan las posturas más extremas. Lo cual además sirve para retroalimentarse y añadir más adeptos a uno u otro bando.  Pero raramente tendrá presencia en este debate la mayoría de esos ganaderos trasterminantes que consideran que el lobo no es un problema si se sigue un modelo de explotación como el suyo, y que en todo caso y debido al continuo alarmismo social, muestran alguna preocupación por el aumento del lobo y piden un cierto control.

 

Los conservacionistas no debemos esperar que ellos se manifiesten en este debate ya que tienen muy pocos canales de expresión, permanecen habitualmente en el olvido. Debemos tomar la iniciativa de preguntar y  saber escuchar a quienes tuvieron, desde tiempo histórico, la responsabilidad de manejar los puertos cantábricos, manteniendo su productividad y su diversidad. Sin embargo, por desgracia muchas decisiones para el manejo de estos puertos surgen desde los cuerpos administrativos, sin escuchar a los investigadores, y especialmente a aquellos que han tenido desde siempre la responsabilidad diaria de su manejo. Fomentar la actividad trasterminante, que se desarrolla en adecuada armonía con el medio y los grandes depredadores, como son: el lobo y el oso, es una buena política para la gestión medioambiental y una manera de reducir la conflictividad que genera la presencia de estos depredadores.  

Fig. 3. Actitud de los trasterminantes encuestados hacia el lobo. Llamamos positiva a la actitud de respeto hacia la especie que se manifiesta en posturas de conservación estricta, de indiferencia o de un cierto control para impedir un crecimiento exagerado de la población de lobos. Negativa a aquellos que quieren su exterminio o su confinamiento a parques zoológicos o cercados.

En mi ganadería hay buenos mastines

Todos los ganaderos trasterminantes tienen mastines en un número nada desdeñable que se acerca a los 250 ejemplares adultos. De las 26 ganaderías encuestadas sólo en dos casos los ganaderos venden los cachorros, incluso fuera de nuestras fronteras. Con ello se sufragan los gastos que ocasionan los perros y a veces son un valor añadido, que les proporciona algún beneficio.

Fig. 4.- Mastín con carlancas

La mayoría se preocupa fundamentalmente por aspectos funcionales y muy especialmente porque tengan buenos vientos para detectar la presencia del lobo, que muestren apego al ganado y que sean valientes, saliendo de forma ligera y ágil a proteger el ganado. Son el apego al ganado y el grado de atención, que se complementa con un buen olfato, los dos factores que recalcan todos los estudios con perros de custodia como los principales para evitar pérdidas al ganado (Fig. 3).  

Fig.5. - Distribución de los caracteres funcionales más valorados por los ganaderos

En cuanto a aspectos morfológicos su preocupación es porque sean principalmente grandes, cabezones, con buenas patas y fuertes (Fig.4). Perros de tamaño pequeño pueden ser fáciles presas del lobo y obliga a aumentar el número de ejemplares presentes en la ganadería y por tanto el coste en alimentación y cuidados.

Fig. 6.- Distribución de los caracteres morfológicos más valorados por los ganaderos

Los ganaderos estiman que para un hatajo de unas 1.000 ovejas sería suficiente un promedio de 5 mastines, sin embargo ellos en sus ganaderías llevan un número que ronda la media de 7 mastines. La muerte de perros por el lobo es pequeña, y menor la de mastines que matan un lobo. 


Casi todos creen que los mastines ahora son peores que los de antes y esto obliga a que la cantidad de mastines que tienen sea mayor del que tenían sus padres.

Por tanto, el número de perros por número de ovejas que guardan  puede ser una forma de  medir la calidad de los mastines en una ganadería, excepto en el caso de que con la cría de los mastines se obtenga un beneficio económico. La responsabilidad de la cría es de estos ganaderos pero se debe tener en cuenta que muchos de los mastines, en general los perros más grandes,  fueron vendidos a criadores profesionales, cediendo un patrimonio genético funcional para una selección morfológica que ha dado un tipo exagerado de dudosa funcionalidad.

 

La revalorización de estos perros funcionales que llevan a cabo algunos ganaderos, debe ser un camino adecuado para su selección y su mantenimiento sin que supongan un coste a la ganadería. De esta forma podremos seguir escuchando la frase, que con tanto orgullo y tan frecuentemente oímos a  los ganaderos trasterminantes: no hay daños por el lobo porque en mi ganadería tenemos buenos mastines. 

Del mercado de la lana al del potro Hispano-Bretón

Aunque aquí no se quiere hacer un análisis de todos los problemas que tiene la ganadería trasterminante y las posibles vías de solución, hay que poner de manifiesto que la actividad trasterminante ha ido poco a poco en declive, sin que se ponga en valor su función ambiental. Este declive va parejo con el aumento en la cordillera cantábrica de otros modelos ganaderos menos costosos. Estos modelos suponen el aumento de vacas y yeguas en los puertos sin presencia del pastor. 

Fig.7.- Yeguas en los puertos leoneses y acción del pisoteo

Aquí no nos referimos a esas explotaciones de vacas o yeguas en extensivo, en las que el ganadero está pendiente de donde está su ganado continuamente, y que esta es su única actividad económica, ya que en cierto modo realiza un pastoreo del mismo.


Nos referimos al creciente aumento especialmente de yeguas en los puertos cantábricos, cuya explotación son en realidad un complemento a otras actividades económicas. Lo que en cierta forma debe ser considerado una forma de intrusismo profesional. Esta ganadería no es custodiada por el pastor de manera continua; no tiene sistemas de prevención frente a los ataques de los depredadores; sólo puede ser un complemento a otra actividad económica; vive fundamentalmente del bajo coste que le supone su mantenimiento y de subvenciones e indemnizaciones;  pastorea en puertos propios y/o ajenos; su rentabilidad en producción de terneros o potros es baja; origina poco empleo; es muy castigada por los depredadores. Por este último motivo las quejas  de estos ganaderos son continuas, presionando a las administraciones para que realicen un severo control de los depredadores que les permita hacer viable su modelo de bajo coste, sin trabajo de pastoreo. De esta forma demuestran su inviabilidad desde un punto de vista medioambiental.


Este cambio de explotación se hace notar en los puertos merineros. Estos puertos son sobreexplotados ya que, además del tradicional pastoreo de las merinas, soportan el intrusismo de vacas y yeguas.  Aumentan los excrementos y orines de yeguas y vacas con un aporte considerable de nitrógeno, que se incorpora con más dificultad en el medio. Se aumenta la erosión en zonas de poca capa fértil por pisoteo, hablamos de animales que a veces alcanzan los 700 kg de peso.  Anegan fuentes y contribuyen a la eutrofización de los arroyos.  Además, son presa de los grandes depredadores (lobo y oso) lo que significa un continuo conflicto social.

Fig.8.- Vacas de raza asturiana en los puertos cantábricos. Por encima fuente anegada por pisoteo de yeguas

Sin embargo, la responsabilidad no parece que sea de los animales, ni tampoco  de los ganaderos que tienen este modelo  de explotación, sino de una política agraria que fomenta actividades incompatibles medioambientalmente y no valora e impulsa la trasterminancia como modelo de sostenibilidad. De esta forma ha conseguido generar una  conflictividad entre dos colectivos como son ganaderos en extensivo y conservacionistas que están destinados a entenderse y a trabajar juntos para revalorizar los sistemas ganaderos sostenibles.