Un poco de historia del Mastín Español

El Mastín Español es una raza, seleccionada para custodiar el ganado frente al lobo y otros depredadores. Se tienen noticias de la existencia de estos perros de gran formato corporal, asociados a rebaños de ovi-caprinos, en el centro y occidente peninsular, hace 400 años antes de J.C. No existen para otros países, diferentes del nuestro, referencias anteriores en el registro arqueológico de perros de gran tamaño corporal asociados a rebaños de ovejas o cabras domésticas.

La primera referencia histórica que aporta datos morfológicos sobre el Mastín Español es la del famoso tratado de agricultura de Columela (De Re Rustica), contemporáneo de Jesús de Nazaret. Columela romano nacido en Cádiz, al igual que define y conoce bien la ovejas de nuestro país, define los perros de custodia de las casas y del ganado de la siguiente manera:

 

"El de guardar la casa se ha de escoger de cuerpo muy grande, mejor uno cuadrado que demasiado largo, de ladrido espacioso y sonoro, para que amedrente al malhechor, primero al oírle y luego cuando lo vea. De cabeza muy grande, que aparente la mayor parte del cuerpo".

 

"Orejas caídas o colgando. Pecho ancho y poblado de pelo, espaldas espaciosas, y las patas gruesas y peludas, con pies con dedos y uñas muy grandes. La cola corta. Han de ser de un solo color, y negro o muy obscuro. Los manchados no se aprueban en cualquier caso. De día aparentan ser más terribles a la vista, si son obscuros, y de noche, por no destacarse de la obscuridad pueden llegar sin ser vistos al que pone asechanzas.

 

No deben ser sosegados para no halagar incluso al ladrón, ni ser tan feroces y crueles que ataquen incluso a la gente de la casa. No importa sean pesados, o poco ligeros, pues no se deben apartar de la casa. Cumplen con su cometido si con solo el ladrido ya espantan al que viene, o, de acercarse demasiado, lo acometen con ímpetu y tesón. Sobre todo deben mostrarse vigilantes en la custodia de lo que está a su cargo; y no vagabundos. Más bien circunspectos que temerarios, anunciando solo lo que han averiguado ser cierto. He creído deber advertir estas cosas, porque las propiedades no solo las da la naturaleza, sino también la enseñanza las forma. Es necesario lo enseñemos en estos principios.

 

El perro de guardar el ganado, en establo o en pastoreo, no debe ser tan ligero como los que persiguen a los gamos, o a los ciervos, ni tan pesado como los que guardan la casería y los graneros, pero lo suficiente para que pueda pelear contra los lobos, y ligero para seguirlos cuando huyen, hacerle soltar la presa y devolverla. El cuerpo, por tanto, será grande y largo, mejor que cuadrado. Todo el lo demás parecido al perro de guarda, pero variando el color. Deben ser de color claro, en este caso, para que se distingan de la fiera por la noche, cuando se trate de rechazar a los lobos, y no podamos confundirnos. También porque, a la vez, si es claro no excitarán tanto a las ovejas al ser de tonalidad parecida a ellas " .

 

Continúa...